"El gitano Vega"

Su piel característica inequívoca de esa raza, pero sin serlo, ojos grandes y atractivos, tanto como el resto de su cara, fuerte, alto y el color de su pelo, negro azabache, que no envidiaba en nada al color de la noche estrellada.

Jocoso con sus amigos, señor con los desconocidos, pero intentando estrechar vínculos para que el trato fuera mas cercano, amigable, cálido, cordial, y siempre utilizando su gran sonrisa, aquella en la que enseñaba su dentadura nacarina, y sin olvidar su bigote, bien colocado, bien perfilado, porque eso si, deseaba estar presentable en todo momento.

Sería fácil nombrar algunas de tus peripecias o anécdotas que he vivido contigo, pero ¿cuál?, no importa, todas llevaban tu firma, un sello, que te delataba, y al mismo tiempo te distinguía por lo bien rematada que acababa.

Creí que la vida te elegía entre todos los mejores, también creí que la gloria visitaba tu hogar a cada instante y la felicidad cumplía contigo por ser quien y como eras, y yo me sentía feliz porque eras mi amigo, y si hubiese tenido ese poder, te lo hubiera concedido, pero no pudo ser así.

Me gusta recordar como eras, y sin embargo han sido tantos lastimosos momentos los que llenaron tu vida, que hoy en día solo viene a la mente del que no te conocía cuando alguien te nombra, las desgracias que te han envuelto, en la escalera de caracol que has ido descendiendo hasta llegar al último peldaño, que unos llaman mala suerte, otros como yo “Dios tiene muy mala ostia”,  y me revelo contra eso, yo te llevaré en mi memoria como mi compañero “gitano”, echaré de menos tus bromas, tus descaradas ventosidades, tus chistes, y el apelativo cariñoso con que me llamabas.

 Cuando decidiste marchar, lloré por ti como un hermano, ¿quién sería capaz de no hacerlo?, y lloré sabiendo que querías terminar un último trabajo y que no te dieron mas tiempo, pero si desde el lugar donde estés tienes oportunidad de mirar un poco, sabrás que tu voluntad por hacerlo era lo mejor del mismo, como si lo hubieras terminado con éxito.

Aquel vídeo que te hice, sigo viéndolo a menudo, tus fotografías con tu familia y tus amigos, entre los que tengo la suerte de estar yo, me lo paso pipa recordando cuando te llevamos en brazos hasta la piscina, y al final caímos todos, y a pesar que te costó salir del agua, seguías sonriendo, manteniendo erguida la gran persona que eres.

Me da igual que Dios te haya llevado, que tu cuerpo, el que envolvía tu ser no lo vea mas, aunque se me tache de sacrílego, porque nadie me podrá quitar los recuerdos que tengo de ti en mi corazón, los que te mantienen vivo en mi, los que tú amigo, te encargaste de llenar.

Te quiero “gitano”.