Mi cigarrillo se iba acabando, también es cierto que estábamos en la culminación de la cita y era el preámbulo a la despedida, ¿ pero quién daba el primer paso?, jeje.
La conversación era densa y prolifera mientras se saboreaba esa copa de licor, cualquier licor, todos están buenos, jeje, y pasábamos de uno a otro tema con una sincronización magna, de asuntos cotidianos, de política, de mujeres, todo parecía estar calculado para que la copa entrase mejor.
Mi café supo a gloria, era denso, oscuro y con un sabor inigualable, un aroma deseado por los mas altos cafeteros del mundo, o porque lo preparé yo, !coño!, que todo hay que decirlo, jeje, pero ninguno le hizo asco y lo tomamos casi todos los que allí estábamos, que confundidos con el olor a leña de encina y la charla infinita, gozábamos del momento.
Aunque no es tiempo en nuestra tierra de que las naranjas estén en su punto, disfruté como un enano de las dos que me comí, quizás un poco ácidas, pero ese olor natural fuera de ingredientes antinaturales para que la fruta engorde y pronto y pese mas, impregnaron mis manos de tal forma que no hubo necesidad de lavarlas, al contrario.
De lo que se puso en la mesa, sobró algo de arroz, de una paella que ya quisieran muchos saber hacerlas y o probarlas, una delicia que solo su autor supo dar el punto para repetir, suave, digestiva, y con un gusto extraordinario, se podría comer a diario, lástima que esto se haga de tarde en tarde.
El boquerón estaba exquisito. Se compró en la pescadería de costumbre, donde se nos atiende como clientes de toda la vida, que en estos casos es un privilegio tener la certeza de haber comprado calidad siempre, porque a la hora de llevarlo a la boca se nota como la noche y el día. Previamente se habían limpiado con el esmero que precisa, solo se le quita la cabeza y las tripas, ya que eran grandes, y después de pasarlos por harina, se fríen en una sartén con aceite bien caliente, y así desaparecieron casi antes de llegar a la mesa.
La música llenaba durante todo el tiempo que estuvimos allí cada rincón del lugar que habíamos decidido para pasar un buen rato, era diversa, clásicos del rock, del pop, o las vivencias de Sabina, o la salsa que invita a mover tu cuerpo, incluso hubo alguno que se arrancó por fandangos, pero por lo bajito, por si salía mal, jeje.
A primera hora de la mañana estábamos desayunando, los de siempre, si, aquellos que prometimos a nuestro corazón que nunca se rompería la amistad que hasta ahora habíamos fundido, esos que a pesar de los malos momentos estamos ahí, quizás no llamemos todos los días o nos veamos muy de vez en cuando, pero seguimos estando ahí.
De inmediato pasamos a comprar los artículos que necesitábamos para que nuestra velada fuera de lo mas jugosa y divertida.
Y así fue.
El bueno de Luki de nuevo en los foros de la intelectualidad. Felicitaciones por un nuevo artículo sobre la amistad.
ResponderEliminarEstoy nervioso por la entrevista, no sé si me cogerán…
ResponderEliminarSabes inglés?
No, pero tengo 60 vacas y 86 toros.
Pues ya tienes mucho ganado!!
Veo que hubo una buena velada.
ResponderEliminarAmistad, palabra universal, palabra que encierra sentimientos y nada como estar unidos para compartir inolvidables momentos.
ResponderEliminarQué bien te lo montas, Luki.
ResponderEliminarPaella, boquerones, naranjas, bebidas, café, chimenea, música... y lo más importante, las personas adecuadas.
ResponderEliminarNo faltó de nada, os envidio.
Por lo que leo se refiere el colaborador a una comidad de amigos. Felicidades a todos.
ResponderEliminar¡Qué buenos ratos echáis! Me ha encantado la forma de narrarlo. Muy original.
ResponderEliminarDel final al principio, del principio al final, se ve que lo pasasteis genial. Bravo, Luki¡¡¡
ResponderEliminar¡Olé, olé y oé la buena gente! ¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS!!!
ResponderEliminar¡¡Qué buena paella con tus amigos !! Disfrutad de la vida, colegas.
ResponderEliminarMenos mal que están los amigos para devolver la ilusión en estas fechas.
ResponderEliminar!Que raro que "el sotano" no hay hecho un comentario y sobretodo a la amistad!.
ResponderEliminarQuizás mañana.
Siempre estas para los amigos, ¿ellos son igual que tu?
ResponderEliminarEl articulo al revés pero simpático, jaja, me gustaría ser participe de la comilona, y del momento.
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