28 de enero de 2011

Sigo como ayer




Desde que hablé la primera vez contigo, creí tener la seguridad de saber como pensabas, correcto, algo nervioso, inteligente. No es que destacaras entre las amistades que tengo, pero si en mi corazón, y eso es muy importante para mi.

Te pedí tu número de teléfono no solo para saberlo, sino para que de vez en cuando pudiera comunicarme contigo y porque no echar unas cervezas con la persona deseada, así que después de aquella primera vez que nos conocimos, utilicé el teléfono para que me contaras algo, pero lo que yo pretendía era volver a estar contigo, no pienses mal, hasta ahora me gustan las mujeres, pero tienes algo que quisiera que compartieses conmigo, o por lo menos la información que necesito para dar un poco de calma a este maltrecho corazón que vaga a medias entre felicidades extremas y amargas angustias. Por supuesto respeto muchísimo el cargo que ocupas en mi vida, de momento, y no me gustaría que pensases que te estoy utilizando, aunque sinceramente lo esté haciendo.

A la primera llamada, me pareció haberte sobresaltado, te pedí disculpas porque creía molestarte, pero dijiste que no lo hacía y quedamos para cuando volvieras de viaje. Me alegré una barbaridad, tenías tantas ganas de echar ese rato, de poder hacerte preguntas y me sacaras las dudas que día a día se me plantean con respecto a los posibles pasos que yo pueda dar.

En la segunda llamada, ya que no lo hiciste tu como me prometiste, comentaste que habías regresado del viaje, y ya estabas de nuevo en la ciudad, así que me aseguraste que en esta semana me llamarías y quedaríamos para tomar café o lo que sea, que estabas trabajando, y que no habría problema a la hora de quedar donde acordásemos. Otra vez se me iluminó la luz que necesitaba para respirar mejor, otra vez la esperanza volvió a mi e impaciente, como un niño esperando el regalo de reyes, pasé la semana y no recibí llamada alguna.

Quizás has tenido demasiado trabajo, o has tenido que salir fuera, o..... , yo que se.

Los pensamientos quieren traicionarme, y lucho diariamente contra ellos porque no quiero pensar nada que sea negativo, que me estés tomando el pelo, que tengas miedo, que también estés manipulado por alguien a quien hayas contado lo nuestro, no lo quiero pensar.

No se si tendrás la posibilidad de leer esto, intentaré mandarte la dirección por mensaje al teléfono, y sabrás que solo quiero que me cuentes como le va a mi hija Sara, que vive contigo desde hace tiempo, de la que solo te he pedido que la cuides y respetes, a la que no molesto por temor a antiguas represalias y porque su hermana Rocio quiere conocerla.

Por supuesto que me gustaría abrazarla y besarla, ayudarla en lo que pudiera, aconsejarla para su bien, y reconstruir un amor que se nos fue por causas del destino, pero no quiero que ella se agobie por nada, tendrá en mi lo que desee, y yo le daré lo que me pida, pero nunca la forzaré a que vuelva a quererme, prefiero que entienda mis sentimientos y después haga lo que tenga que hacer.

Seguramente habrás oído algo a cerca de mi, y supongo que todo será malo, pero de haber oído a estar seguro de lo que estás viendo es una cosa diferente, solo te pido que me des la oportunidad de conocerme, y después toma la decisión que quieras.

Gracias por leer esto si has podido, hoy, sigo como ayer, por favor, ayudame a cambiarlo.

20 comentarios:

  1. No entiendo lo que pretendes. Todo es facil o dificil segun como te lo plantees. Ve a verlo directamente, sencillamente.

    ResponderEliminar
  2. Creo que por tu amor, tu insistencia y esfuerzo todo se solucionará y podrá de nuevo tener una relación positiva con tus hijos.

    ResponderEliminar
  3. Ya tienes un día más o menos?

    ResponderEliminar
  4. El amor vence todas las dificultades. Yo pido a este chico que por favor te ayude a recuperar lo que nunca podrás perder.

    ResponderEliminar
  5. Adelante Bake Luki, tienes todo nuestro apoyo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. No logro entender este artículo o historia, sin embargo espero que consigas.-

    ResponderEliminar
  7. Espero que tengas suerte en tu intento de reconcilación con tu hija. Sería muy bonito que las dos hermanas se conocieran.

    ResponderEliminar
  8. La esperanza es lo último que se pierde. ¡Buena suerte, Luki!

    ResponderEliminar
  9. Siento tu pesar en mis carnes, maldita la vida que a veces no es justa con los justos.

    ResponderEliminar
  10. dolor mutito dolor siento dolor muito dolor

    ResponderEliminar
  11. ¿Crees que este es el camino?

    ResponderEliminar
  12. Cuando los caminos se agotan hay que agarrarse a lo que sea.Desde el fondo de mi corazón te animo a que no lo dejes, el amor de los hijos, debe de ser eterno, y compartido con los padres.
    Buen articulo.

    ResponderEliminar
  13. Ese ayer al que hace referencia es el que no logro comprender, algo muy gordo ha tenido que pasar para estar en tu situación. Los problemas del ayer a veces derivan al los de hoy.

    ResponderEliminar
  14. Aunque nunca es tarde para buscar soluciones, cuando pasa mucho tiempo las situaciones se complican. No decaigas en tu empeño.

    ResponderEliminar
  15. ¿Interpreto que se trata de la pareja de tu hija?.
    Si fuese así, creo que el método no es el apropiado. De todas formas es muy fácil opinar cuando no se conoce el fondo de la cuestión.
    Sea como sea te animo a conseguir tu objetivo.

    ResponderEliminar
  16. Ánimo Bake Luki. Debes ser perseverante para rescatar el cariño de tu hija.

    ResponderEliminar
  17. tu sigues como ayer y yo como hace un año parado cojones

    ResponderEliminar