5 de enero de 2011

La Poesía de la experiencia (1)



Tengo que hacer una oscura confesión: soy un "poeta de la experiencia". Lejos de rechazar esta etiqueta que la crítica ha usado en los últimos tiempos para desprestigiar cierto tipo de poesía, creo que es una definición acertada de la opción poética que para algunos es la fuente de nuestro oficio. Durante años, criticada y despreciada por los círculos de la vanguardia y la poesía posmoderna, la poesía de la experiencia ha abrazado el empeño de abrillantar una literatura demasiado hundida en las fangosas profundidades del fundamentalismo romántico. El resultado ha sido la devolución de su carácter compartido, de ida y vuelta, a la poesía; su concepción como una forma de comunicar. Un gran número de lectores lo avalan, lo que ha supuesto un rechazo todavía más fuerte en los círculos literarios posmodernos y de vanguardia.

No es fácil navegar en un mar de relativismo absoluto, donde la única norma que parece seguir en pie es la transgresión, único objetivo, me parece, de gran parte de la poesía moderna. Así pues, como náufragos a la deriva, la poesía de la experiencia tiene un punto de partida crítico con la modernidad romántica, con este peligroso y transgresor "todo vale" que nos agita de una costa a otra y que a mi me sabe como un trago de agua salada. Los principios de la vanguardia tienen que ver con una crítica al totalitarismo de la Razón como vehículo único, pero, como dice Luis García Montero "...si no se puede creer con optimismo en la Razón, así, con mayúscula y de forma totalitaria, tampoco son muy positivos los saldos del irracionalismo y del yo ensimismado, convertido en torre de marfil o en estercolero, cada vez más alejado de la realidad, más imposibilitado para intervenir en algo que no sea una moda impuesta por aquello mismo que denuncia: el mercado". Continuando con la cita de García Montero, "la vanguardia resulta hoy una tradición más, un conjunto de técnicas en las que se puede aprender, pero no una perspectiva innovadora. Recuperar el futuro, según están las cosas, tiene más que ver con unos ojos ilustrados capaces de aprender las enseñanzas del romanticismo que con unos románticos empeñados en acabar con la ilustración. En la llamada poesía de la experiencia se produce una lectura precisa de la posmodernidad".

Mis pretensiones son mucho más simples que traspasar el umbral de la historia a patadas contra las reglas. Como poeta me interesan estadios y niveles de comunicación que abran posibilidades en lo real, que tengan su origen en la profundidad de cada experiencia y que sirvan para establecer espacios comunes. La sentimentalidad como único fin poético nos conduce a un subjetivismo tan extremo que el poema termina siendo un desahogo del autor, pero impenetrable para sus lectores, que lo acaban interpretando a su manera, perdiendo por el camino el sentido comunicativo del texto. Es por eso que lo emocional debe servirnos de punto de partida, a partir del cual se elabora una visión crítica de los sentimientos que nos permita compartirlos con los demás de una manera comprensible.

Este Artículo, que publicamos en 2 partes, nos lo remite un seguidor anónimo que se identifica como amigo y admirador de Raúl Cordero Núñez, autor de este ensayo que publicó en su propio blog, La generación de los idiotas en el 2007. GRACIAS amigo seguidor y GRACIAS a Raúl por prestarnos su artículo.

8 comentarios:

  1. Opiniones subjetivas del autor aunque interesantes.

    ResponderEliminar
  2. Creo que existe un blog con el mismo nombre que Colabora comenta "La Generación de los Idiotas". El chico es secretario de CCOO.

    ResponderEliminar
  3. Bueno esta bien pero lo original siempre es mejor ¿NO?

    ResponderEliminar
  4. La expoeriencia te la da el Panurgo de los huevos que me trae por la calle de las angustias y no me entero de nada y de lo que tu di ces tampoco aunque te aprecio

    ResponderEliminar
  5. Siempre han existido artistas y literatos que han enfocado sus obras por encargos, es decir a gusto de los demás. Esto no está peleado con que otras obras surjan de la propia inspiración para el deleite personal; para alimentar su propio ego.
    La poesía, sea romántica, intimista, vanguardista o la basada en la experiencia siempre será poesía y no hay que desprestigiar ninguna de las vertientes.

    ResponderEliminar
  6. Sería muy interesante aportar la experiencia en cualquier tipo de poesía.

    ResponderEliminar