El milagro me hizo volver

Su nombre conlleva todo el amor que pueda existir en el mundo, si técnicamente lo analizáramos, tendríamos que tener en cuenta que en el desierto nunca llueve, y sin embargo hay vida animal y vegetal, sin ella no sería posible.

Cuando se produjo el milagro, volví a tener fe, no, quizás a tener mas esperanza, o mas capacidad de vencer el odio, o a no tener miedo, aún sigo sin tenerlo claro, pero lo que si es verdad es que me siento muy bien, apenas me deja espacios en mi corazón porque me envuelve con la bondad del suyo, es un cielo.

Es alegre, muy alegre, y cuando está conmigo se vuelca, no me deja un minuto a solas, ni tan si quiera deja un instante de hablarme, me pregunta lo que sea, hace el payaso, o intenta de hacerme cosquillas para verme sonreír.

Me ha conquistado, seca mis lágrimas con su mirada, atenúa mi dolor con su voz, mitiga el posible odio con sus besos, y se que estoy vivo cuando me toca con sus manos.

Rocio es todo, es cierto que por ser su padre podría decir de ella que es perfecta, no, no la quiero así, la quiero como es, llorona, risueña, miedo al ridículo, extraordinaria estudiante, le encanta la música, el dibujo, los amigos, ella es mi aire.

A medida que va creciendo sus preguntas van relacionadas a mi personalidad, ¿que te pasa?, ¿te duele algo?, ¿necesitas algo?, ?estás triste¿, y me doy cuenta que ella está muy pendiente de todo lo que hago, es el día para mi noche.

Le encanta que le cuente historias de cuando yo era un niño, se ríe a carcajadas con las anécdotas, y su risa despierta mi vida, llenando de alegría mi corazón, es el camino a seguir.

Los que me conocen no ven en mi nunca una cara triste, siempre estoy de bromas, me río a carcajadas, no se otra forma de reír, se dar aliento al que lo necesita y fe al que ha perdido la esperanza, quizás tener a Rocio haya sido salir del lodo donde alguna vez estuve metido, ser otra vez el que siempre fui, regresar del abismo donde caí, ella es el milagro que me hizo volver.

Gracias mi amor.