
Siempre es y será importante que cada persona pueda encontrar su propio paraíso en un mundo cada vez más complejo. En esta ocasión, siendo egoísta, quisiera hablar en singular y explicar algunas experiencias de mi vida.
El destino, por un tema de estudios experimentales me llevó a investigar a un lugar de "nuestras" tierras emergidas conocidas, pero poco visitadas, Brasil.
Os hago un breve y bello resumen de la mezcla de fantasía y amor.
La fantasía comienza cuando visito Manahus, capital del estado de Amazonas, ejemplo analítico del clima ecuatorial (periodo de investigación).
Continuo mi viaje por el nordeste para visitar algunos estados entre los que se encuentran Alagoas o Serguipe surcado por el Atlántico. Allí tuve el placer de conocer a una gran mujer de corazón impresionante que tuvo que pasar por un gran drama familiar.
Atravieso el sudeste, la zona más poblada y turística de Brasil, Río de Janeiro, Sao Paulo, hasta llegar al estado de Paraná, zona sur, aunque lejos de la frontera uruguaya.
Fue el fin y a la vez el inicio del viaje brasileiro. Allí tuve la dicha y suerte de conocer a una mujer maravillosa, fantástica, impresionante, única...., cerca de Curitiba, capital del estado.
Ojos azules, bellos, hermosos, alegres; de su sonrisa prefiero no hablar. Al físico se acompaña unas cualidades humanas indescriptibles. Me enamoré de Celia; nos enamoramos.
Por todos los lugares que he pasado comparto los momentos con los lugareños y eso significa compartir sus constumbres, su comida, su bebida; maravillosa filosofía "el compartir".
Como resumen de mi experiencia me quedo con ese gran amor y con el gran potencial de Brasil, sus gentes.
Dan todo aunque no tengan nada. Poseen un ritmo de vida espiritual, emocional, familiar, cariñoso y de tanta fantasía que para ellos el día a día es su forma de vida, acogiendo a los amigos como si fueran de la familia.
Aunque soy un papanatas pude aprender algunos pasos de la música popular brasileña.