10 de febrero de 2010

A una fuente que le llaman Pedro


Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.
Dímelo, fuente
y dime, di, por qué te llaman Pedro.
Ah, loco yo, loco, quería saber qué eras, quién eras
(género, especie...)
y quién eran, qué significaban "fluir" "fluido" "fuente";
qué instante era tu instante
cuál de tus pocos reflejos, tú, sin reflejos,
yo quería indagar el último recinto de tu vida,
tu individualidad, esa alma de agua única
por la que te conocen por "Pedro".
Pedro es una tristeza, muy mansa y gris,
que fluye entre edificios nobles,
que anuncias para siempre poderte tú coronar.
Por qué las fuentes siempre anhelan el futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Pedro.
Y tú, fluías, sin cesar, indiferente
y no escuchabas a tu amante estático
que te miraba preguntándote
como miramos a nuestra primera enamorada para saber si fluye.
Yo no sé por qué me he puesto tan triste
contemplando el fluir de esta fuente.
Una fuente es agua, lágrimas; más no sé quién las llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye son lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, fuente Pedro,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Pedro.
Era bien de mañana cuando me he sentado
a contemplar el misterio fluyente de esta fuente preguntándome: Dime, dime qué eres, qué buscas fuente, y por qué te llaman Pedro.
Y ahora me fluye dentro una tristeza,
una fuente de tristeza gris,
con lentos puentes grises,
como estructuras funerales grises,
Tengo frío en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasar mucho tiempo.
Ha debido pasar el tiempo lento, lento,
minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo,
como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo,
como una fuente indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo,
mucho tiempo
desde que me senté aquí en el borde,
en el borde de esta tristeza, de esta fuente al que llamaban Dámaso,
digo, Pedro.
Si Pedro es una fuente, me pregunto qué es una fuente y por qué algunos siguen queriendo a la fuente que llaman Pedro.


Este artículo esta basado en un poema de Dámaso Alonso.

9 comentarios:

  1. ¿Pedro? ¿fuentes? esto me huele a quemado.

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  2. No logro entender el artículo o la fábula.

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  3. El poema está basado en una obra de Dámaso Alonso titulado "A un río que le llamaban Carlos".

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  4. Muy buena adaptación, muy original y real...

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  5. Por supuesto que esto le entendereis los que lo habeis creado. Yo ni idea.

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  6. Artículo genial. Menos fuente y más agua de humildad. Lástima porque también existen Pedros buenos, Pericos pocos.

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  7. Aqui la pña s ha vuelto taru o flipa d color rosa. No tengo ni pajote idea d q va esto

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  8. Pedro Pedro Pedro te voy a cantar Pedro Pedro Pedro..... tu eres el del botijo o el de la fuente. Tanto fue el cantaro a la fuente que al final la fuente llamada Pedro se rompio.

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  9. Pedro es igual que perico y perico es igual que borrico. Me refiero para que nadie se ofenda a un borrico que un día dijo que era fotografo y hoy nos humilla a todos. Bueno a los borregon no,

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