¡Adiós! si dicha se concede al hombre
de una plegaria en premio, ésta tu nombre
elevará hasta el trono del Señor.
Promesas, quejas, llanto, fueran vanos;
más que el lloro, exprimido, ya sangrante,
de ojos sin luz, tenaz remordimiento
esta palabra dice... ¡Adiós! ¡Adiós!
Secos están mis ojos, extinguida
mi voz, pero al dejarte, de mi vida
se adueña para siempre un gran dolor.
Aunque el pesar y la pasión torturan
mi corazón, quejarse no le es dado...
Yo sólo sé que en vano hemos amado...
Sólo puedo sentir... ¡Adiós! adiós.
Lord Byron
Muy triste pero muy bonita la poesia. Eres polifacetico Bake Cook.
ResponderEliminarme ha gustado mucho
ResponderEliminarhkkkk Bueno, bueno,
ResponderEliminarNunca digas adios. Siempre es mejor un hasta pronto.
ResponderEliminarLa poesía con carne sabe mejor. Mucha poesía pero más recetas. Sabrosonnnnnnnnnnnn
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