Rosa, un ángel, una mujer

Tiene nombre de flor, pero no de cualquier flor sino de una de las principales, aunque todas son magníficas. Tiene un don divino que le sobresale, su bondad. Señora que cumple con su familia en el hogar y además.....

Ella dedica su tiempo a los demás, su atención infinita, la preocupación no solo por su salud, también por las inquietudes que nos invaden día a día, y además con su cariño tan particular.

Cuando llegamos a la puerta de donde se halla su consulta, los que estemos esperando su llegada, orientamos nuestra mirada a la esquina por donde se supone que aparecerá, y cuando han dado las diez de la mañana, se asoma su fina silueta con su pelo rubio al viento, y sentimos que se acerca nuestro ángel.

Aunque llega acelerada a su coqueta consulta, los que la conocemos, sabemos que no tiene hora de terminación, así que esperamos con paciencia a que nos llegue el turno, porque tendremos la recompensa de hablar con ella y escuchar con su agradable sonrisa lo que nos tenga que recomendar, lo que nos recete para mejorar nuestra salud.

A lo largo de mi vida he tenido la "suerte" de poder conocer a bastantes médicos, y todos en su papel con su estirado cuello dando a entender que se encuentran en una escala bastante superior a ti, utilizando su entretejido argot

Hoy he querido dar a conocer la labor infimamente valorada de Rosa, un ángel, una mujer.