5 de septiembre de 2016

Bulldog Carter


Nací y siempre he vivido en Chicago. Mi nombre es Harry, Harry Carter aunque todos me conocen como “Bulldog” Carter, es mi apodo, mi “nombre de guerra” y es lo que me queda de mis tiempos de boxeador profesional, eso, una fea nariz torcida, resultado de alguna que otra fractura, un buen jab de izquierda y un mejor directo de derecha. 

Cuando dejé el boxeo profesional, bueno en realidad cuando Max Baer, que era un tipo simpático y bien parecido, todo un caballero pero con una derecha mortífera, me propinó tal paliza que estuve al borde de la muerte; no tardé en dilapidar los pocos dólares ganados con el ejercicio del “noble” deporte del boxeo, así que empecé a ganarme la vida de forma no tan “noble”, conocía las calles de mi ciudad y a los que mandaban en ellas, me dediqué a cobrar deudas de “honrados” prestamistas, hice de guardaespaldas de algunos ciudadanos “ejemplares” casi todos de apellidos italianos, cometí algunos pequeños delitos y todo ello me supuso una buena temporada en Sing Sing, junto a mi jefe Charles Luciano, “Lucky” para los amigos.

Al salir de Sing Sing, me despedí de Luciano y regresé a Chicago con el firme propósito de ganarme la vida de forma honesta y legal. Conseguí que mi amigo y manager, Pett, me prestara un par de cientos y alquilé un cuartucho, en un edificio de South Side, era un lugar realmente inmundo, una verdadera cloaca pero para empezar podría servir. 

Hice llevar una desvencijada mesa, un par de sillas, algunos muebles archivadores y un par de estanterías, de una antigua oficina que el Crac había hundido, como a tantos otros negocios, y puse un rotulo en la puerta de entrada, en él y con letra de imprenta se podía leer:

Harry Carter 
Private Detective

Al ser un viejo conocido en la calle, no necesité de tarjetas de presentación, fui a tomar un trago a todos los tugurios e hice correr la voz, hablé con los soplones, los chivatos, las madames, los peristas y otros colegas de correrías; sabía que al día siguiente todo el mundo sabría que “Bulldog” Carter, estaba de vuelta y ahora se dedicaba a un negocio limpio.


Tenía un Pontiac de 6 cilindros del 26, una gabardina raída y un viejo sombrero de fieltro negro. Tenía licencia de armas y una Smith & Wesson del 44 especial, así que solo me faltaba que llegaran los primeros casos.


Me senté detrás de la mesa de mi cuartucho, saqué del cajón del escritorio una botella de bourbon barato y esperé mirando la lluvia por la ventana que refrescaba la tarde de agosto, mientras me servía unos whiskeys y me fumaba un Classic Lucky Strike.


Continuará...


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 29 de Septiembre de 2014.

7 comentarios:

  1. Me gusta la novela negra. Parece la presentación del personaje de lo que será una serie. Tiene buena pinta, esperamos los siguientes.

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  2. El artículo está bien documenado y bien narrado. Buen principio.

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  3. Articulo original y entretenido, buena idea publicar una serie de novela de intriga.

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  4. Menos mal que hay un artículo original, tiene huevos.
    sta muy bien.

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