Ayer pude disfrutar de nuevo de la felicidad, ayer encontramos el motivo de derramar lágrimas por sentir esa felicidad, ayer abrimos algunas botellas de vino y gozamos de una cena, ayer fue un día esperado, se convirtió en mensajero de desasosiegos, de tranquilidad, de paz.
Durante mucho tiempo el cuerpo ha resistido la presión, ha trabajado bien y a gusto, y obteniendo a cambio lo pactado, la esperanza siempre brilló en nuestras mentes precisamente porque se hacían bien las cosas, no poníamos impedimentos a nada, y cumplieron las promesas que se pactaron en un principio, si señor, que gusto da conocer a personas que mantengan sus promesas después de haber dado su palabra, y por supuesto reconocer que el trabajo se ha realizado perfectamente y con creces.
Cada mañana salía a trabajar con el entusiasmo que me han inculcado, sin perezas, sin marcas ni topes, hacer lo que estaba previsto o lo que no, no me importaba llegar tarde a casa por el trabajo, por lo que prometí hacer, por lo que se hacer perfectamente. Tuve la suerte de conocer a personas entregadas a su trabajo y eso me hacía tener mas fuerza para seguir adelante, también mi mujer, mi adorada mujer y mi hijo que mantenían el amor y la esperanza en mi y yo la fuerza para no defraudarlos, y poco a poco se ha construido con la solidez necesaria el sueño que nadie creía poder alcanzar.
Si, he sido capaz, por supuesto que he de agradecer a algunas personas la oportunidad de conocerme en ese ambiente, de que crean en mi, pero he sido capaz de conseguirlo por méritos propios, y seguiré como hasta ahora, porque me encanta mi trabajo, porque dieron su palabra de caballero y yo lucharé por mantener esa palabra.
Se que la sociedad a veces es injusta con los que verdaderamente estamos dispuestos a trabajar, entregando a amistades, compromisos y demás, esos puestos de trabajos que en realidad no se tiene en cuenta la capacitación que se exige.
Ayer brindamos con el vino de la fe, de la gratitud, del compromiso, de la realidad. Gracias a mi mujer por mantener esa sonrisa nerviosa de esperanza, gracias a mi familia por los consejos que me daban, por la paciencia, por la ayuda que dan día a día, por todo ello quiero que sepáis que no os voy a defraudar.
He de confesaros que había perdido la fe y la total confianza de que aun seguían existiendo personas que mantienen la palabra de caballeros.
Gracias.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 16 de Agosto de 2010.
Amigo eso de la palabra de caballero ya no se lleva, aqui entre los fantasmas y los moscardones todo es futil y pajolero.
ResponderEliminarNo me creo nada.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarNo dudo de que exista aún la palabra de caballero o de señoras, pero no por eso hay que ir en chaqueta o en traje de gala. La palabra debería ser la palabra, sagrada.
ResponderEliminarpicha tu la autoestima la tienes por el suelo o no tienes abuela de cai.
ResponderEliminarBuen artículo aunque un poco propenso a la exaltación;
ResponderEliminarOs felicito por la música de Ana Belén y la Alex Gaudino (creo que un artículo (me da la sensación) esta basada en esta última canción que habeis colocado).
ResponderEliminarbla bla bla, mucha palabra de caballero pero a mi caballerito me dejaste compuesta y sin novio-
ResponderEliminarMi padre cubano siempre lo decía: Un pacto entre caballero y queme usted todos los papeles.
ResponderEliminarUn poco egocéntrico. Aquí falta un poco de compañerismo.
ResponderEliminarLuki, me alegro de que todo te vaya tan bien. Sigue en tus mundos de YUPI.
ResponderEliminarMe siento identificado con tu articulo, a mi me dieron una oportunidad y supe sacarla adelante, nadie me regalò nada, me lo curré yo solito, pero he de reconocer que tal y como están ahora los trabajos, si no hubieran confiado en mi para poder demostrarlo, hoy en día no tendría ni la prórroga del paro.
ResponderEliminarMe gusta este blog, seguiré vuestros articulos.
Buen artículo.
ResponderEliminarQue bonito se ve todo desde la utupía, y si no es así, me alegro por ti.
ResponderEliminarComo dice el picha, menos mal que no debes tener abuelas. Una pasada.
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