Aquella tarde de viernes, era una de tantas, cañas con los compañeros y después, sobremesa. La monotonía me invadió. Decidí marcharme, pero no sabia a donde; llegue a casa y antes de abrir la puerta, sabia que quería escapar del mundo, aunque solo fuera un rato.
Ante mí, tenia un mundo entero, un pequeño reto y a por el fui.
Comencé a subir el camino de la ermita, progresivamente notaba que me alejaba del mundanal ruido.
Seguí subiendo y cada vez me sentía mas libre.
Enlace con el camino del zig-zag, aquel que desde el balcón de mi casa se veía y que las vecinas contaban que un monje solitario, bajaba algunos días al mes para comprar provisiones.
Continué, pase por la torre de las cinco esquinas, lugar que tiene sus leyendas y al cual nunca me ha gustado acercarme.
Ansiaba llegar al Monasterio, en la cumbre de una altiplanicie que dominaba todo el valle. Era un lugar privilegiado, donde una orden religiosa había habitado un largo periodo de tiempo y en el cual solo quedaba un monje.
En el ultimo trayecto de mi escarpada subida, comencé a sentir la soledad de la naturaleza, y pensé en el único poblador del aquel remoto lugar al que me dirigía.
Aquel monje, sobreviviente de su estirpe; ¿seria un hombre casto y puro, o por el contrario habría sido el semental de aquella orden religiosa alejada de la civilización?.
Coroné, no sin esfuerzo, la subida del monasterio y disfruté de ese maravilloso lugar; un edificio semiderumbado, pero que su aspecto te dice lo grandioso que ha sido. El huerto con sus frutales, las albercas y fuentes de agua dan la bienvenida al caminante.
Sin querer ser abusiva, me refresque en estos manantiales y discretamente me retire a los alrededores, por miedo a cruzarme con su posible morador: el monje.
En una oquedad cercana, me repose, estaba cansada de la subida; creo que me adormilé, cuando sentí un aliento cálido sobre mi nuca. Intenté gritar pero una mano aspera y firme me tapo la boca.
Mi cuerpo se paralizó, pero esa mano, con olor a tierra, a espliego, a romero, a melocotones recién cortados…
me embrujó.
Sabia que no corría peligro, a pesar de que esa mano se deslizo de mi boca a mi cuello, en la que permaneció segundos y después bajo hasta mis senos, que reaccionaron como bestias embravecidas, empitonándose mis pezones como nunca los había sentido.
Esa mano, ruda y viril siguió invitando a mi cuerpo a entregarme a su dueño; me tumbo en la oscuridad de aquella cueva y yo sin abrir los ojos me deje llevar de aquella maravillosa fantasía . Yo deseaba que siguiera, que su mano llegara a mi ser, que deseoso ya estaba húmedo, esperando que lo complacieran…pero de repente un gran sonido en el cielo me saco de aquel delirio tan dulce…
Un trueno, se avecinaba tormenta y yo me había quedado dormida en el sofá de mi casa…….
Nueva colaboración de nuestra buena amiga QUEEN. Gracias.
Fantástico tener de nuevo a nuestra buena amiga Queen con sus historias tan originales.
ResponderEliminarTe echabamos de menos. Besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarTan sensual como siempre amiga Queen
ResponderEliminarYa se sabe la vida es un sueño y contigo me encanta soñar. Gracias por volver.
ResponderEliminarAmiga desde tu vaca lechera no hago nda más que pensar en ti como la canción.
ResponderEliminarQunenita tu sabes que te necesitamos, que tu punto morboso, cachondo y de vivencias reales son necesarios en este blos. Te quiero.
ResponderEliminarEres grande, tus relatos de vivencias auténticas o soñadas son cachondos y divertidos. No desfallezca en verano como otros cobardes.
ResponderEliminarOlá meu amor. I miss you muito.
ResponderEliminarjoder en lo mejor un trueno, la hostia que da rabia
ResponderEliminarLa Palmera esta que se sale pero no por el árbol sino por la buena gente que la rodea.
ResponderEliminarMenos mal que has llegado esto estaba muerto sin ti y sin tu marimanta. Hay que combatir tanta la calor con buenos encuentros. Besos en los morros.
ResponderEliminarSe te echa de menos en esos medio días cuando la calor aprieta y el sudor se congela con tu mirada ante una cerveza muy fría.
ResponderEliminarTu eres la novia de Gibran y me gusta esa combinación.
ResponderEliminarNos alegra mucho ver que estás operativa, amiga Queen.
ResponderEliminarEl artículo es magnífico, con fantasía y morbo, dentro de tu genial línea.
Tenemos pendiente unas cervezas.
Gracias por tu colaboración.
Bravisimo tu artículo como todos los tuyos preciosa.
ResponderEliminarUna mastyrbación te hubiese venido que ni de perla
ResponderEliminarFantástica como siempre REINA de la red.
ResponderEliminarMorbo a raudales.
ResponderEliminarMuy bueno Queen.
El relato es muy bonito, lástima que haya acabado tan pronto.
ResponderEliminar¿Por qué no sigues escribiendo, reina?.
ResponderEliminarBuen artículo, cargado de originalidad, fantasía y morbo.
ResponderEliminarHe leído todos tus artículos y el punto que siempre le has dado al blog ha sido maravilloso.
Te echo de menos, seguro que te echamos de menos.
Intenta alegrarnos con tus fantasías.
Un beso de tu amigo.
Pobre monje!.
ResponderEliminarA esto le llamo yo tener fantasía, no a las inanimadas de ayer y hoy del guarro del Maná-Maná.
ResponderEliminarEste inútil para decir "adiós", en caso que lo diga, lo cual dudo mucho, tiene que llevarse un guión.
No merece la pena seguir hablando de bazofia cuando lo más importante es el pedazo de artículo que se ha marcado la Queen.
Hace falta algún artículo realizado por una mujer, como los de Bara, Queen, Sibila y otras. Les suelen dar un aire distinto, con otra sensibilidad.
ResponderEliminarAnimaros.
Sábado lluvioso. Toca quedar en casa disfrutando de este blog y del artículo de hoy.
ResponderEliminarOs felicito a todos.
El final del sofa a lo Juan Tenorio pero en verano. Muy simpático.
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