5 de junio de 2011

El amor y la locura


Cuentan que una vez se reunieron, en un lugar de la tierra, todos los sentimientos y las cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura – como siempre tan loca - les propuso: “¡Vamos a jugar a las escondidas!”.

La intriga levantó la ceja, intrigada, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó “¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?”. “Es un juego”, explicó la locura, “en que yo me tapo los ojos y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden. Cuando haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego”.

El entusiasmo bailó, secundado por la euforia; la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué?, si al final siempre la hallaban. Y la soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que la molestaba era que la idea no hubiese salido de ella).

Y la cobardía prefirió no arriesgarse.

“Uno, dos, tres...”, comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo, y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir hasta la copa del árbol más alto.

La generosidad casi no alcanzaba a esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. ¿Que si un lago cristalino? Ideal para la belleza. ¿Que si la hendidura de un árbol? Perfecta para la timidez. ¿Que si el vuelo de la mariposa? Lo mejor para la voluptuosidad. ¿Que si la ráfaga del viento? Magnífica para la libertad. Así terminó ocultándose tras un rayito de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio. Ventilado, cómodo... pero sólo para él.

La mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira! en realidad se ocultó detrás del arco iris); y la pasión y el deseo, en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó dónde se escondió... pero eso no es lo más importante.

Cuando la locura contaba 999.999, el amor aún no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

“¡Un millón!” – gritó la locura, y comenzó a buscar. Primero encontró a la pereza, a sólo tres pasos de una piedra. Después escuchó a la fe, discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología; a la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido, encontró a la envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo... Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo: él solito salió disparado de su escondite ¡que había resultado ser un nido de avispas!. De tanto caminar, sintió a la sed y, ya cerca del lago, descubrió a la belleza. Y con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca, sin decidir todavía en qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al talento, entre la hierba fresca; a la angustia, en una oscura cueva; a la mentira, detrás del arco iris... (¡mentira!, si ella estaba en el fondo del océano). Y hasta al olvido... que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas, pero sólo el amor no aparecía por ningún sitio.

La locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó.

Las espinas habían herido los ojos del amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra...

...El amor es ciego y la locura siempre lo acompaña...


Nuestra seguidora Amalia, nos ha dejado esta colaboración, que nos explica el origen de la ceguera del amor... GRACIAS.

16 comentarios:

  1. Precioso el relato. Ahora comprendo porque continuo ciega del hombre que está a mi lado.

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  2. Amalia bienvenida a este mundo de locos y también de mucho amor.

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  3. Esta super la fábula y fotografía a la mil los defectos y virtudes. Mis felicitaciones a la autora y a todos los componentes tan chiripitiflauticos del blog Bakes.

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  4. La hipocresia es la más relevante, un señor esta tarde se va a llevar más de un millon de euros por jugar un partido de tenis y otros que no tienen para superar el mes lo veran y lo aplaudiran, alucinante, de verdad alucinante.

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  5. el cuentito esta cargado de mucha azucar negra

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  6. Me quedo con el amor, la locura al cajon.

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  7. LAS SEIS VERDADES DE LA VIDA

    PRIMERA VERDAD :
    Nadie puede tocarse las muelas de atrás con la lengua.

    SEGUNDA VERDAD :
    Todos los gilipollas, después de leer la primera verdad, lo intentan.

    TERCERA VERDAD:
    La primera verdad es mentira.

    CUARTA VERDAD :
    Estás sonriendo porque eres uno de esos gilipollas.

    QUINTA VERDAD :
    Ya estás pensando en mandar esto a otro(a) gilipollas.

    SEXTA VERDAD
    Todavía tienes esa sonrisa de gilipollas en tu cara.
    Envíalo a otro(a) gilipollas y tendrás compañía.
    Ya no serás el único. No estarás solo(a).
    una gilipollez de vez en cuando no hace daño a nadie, ja, ja, ja.........................al contrario, reirse de uno mismo es saludable y te pone de buen humor.

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  8. Dos buenos merenges tiene la chica de la foto.

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  9. Yo estoy loco por ti Amalia y sigo sin poder contactar contigo. Te quiero.

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  10. Enhorabuena, Amalia y bienvenida a este mundo de locos. Muy buena la conclusión final.

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  11. Un artículo muy bien estructurado, entretenido y real como la vida; el amor y la locura siempre van juntos pata que ambos tengan sentido.

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  12. La fotografía le viene al artículo como anillo al dedo.
    El relato me recuerda en cierto modo a los "Sueños" de Quevedo.

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  13. Aunque un poco larga, muy bonita la fábula. La última reflexión es consecuencia de toda ella. También comparto que el amor y la locura van de la mano.

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  14. Quiero pensar que la dama de la foto está dormida, después de una sesión de rayos uva. Parece tener algo de frío. La rosa, preciosa. La fábula, mejor. Felicidades.

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  15. Si os fijáis bien en la cara placentera de la mujer de la foto, no cabría duda de que se está masturbando pensando en el chita.

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  16. Algunos pueden pensar que el amor va unido con la locura. Lo que no podemos negar es que esta mujer tiene la piel sudorosa, los pezones durísimos y una cara con gestos de disfrute.
    ¡Se está haciendo una paja!.

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