La Codicia

Lejos de las alambicadas ecuaciones matemáticas, cualquiera sabe destilar la esencia de las crisis económicas: la codicia.

Basta el sentido común y sobra la palabrería para resolverlas; miren, si viviéramos en el campo, ya sabríamos la moraleja de esta historia:

"Un campesino avaricioso que dejaba sin comer al burro supo un día lo que pesa el arado y el precio del hambre".

A mí, que ya me han salido orejitas grises y puntiagudas, no me hace ni pizca de gracia el cuento.

Y se me ocurre que en vez de rebuznar, podíamos dar coces a los banqueros y empresarios: nacionalizar la banca (sector estratégico, motivo por el que hemos pagado mucho dinero rescatando solo el porvenir de los banqueros irresponsables) y repartir mejor la cebada o sea, la riqueza, haciendo como Robin Hood, que es lo que toca.

Porque no sé si se han dado cuenta estos soberbios cosechadores de riquezas que si no dan de comer a los animales, el entramado económico no germina, como la tierra de aquel mal campesino.

Solo quería hacerles saber que, aunque burro, no hago honor a ese nombre.

El pasado 20 de Noviembre, en la Artículo/Colaboración: Medidas contra la crisis, un seguidor que firma como "En Honor a Platero", nos dejó este comentario, que por su interés y claridad de exposición publicamos hoy como artículo. GRACIAS por seguirnos y participar con tus comentarios.