Te admiro ahora que reposas sobre mi lecho, casi con religiosidad te observo, me abstraigo en tu cuerpo concreto, tu respiración serena, tu sexo perfecto.
Mis ojos versados en muchos cuerpos, acechan el tuyo, inerte, desnudo, bello como un dios, tu piel morena y suave, tu amor ortodoxo, tu erotismo experto, tu sexualidad bravía...
Mi cuerpo amor, mi cuerpo hechizado, trastornado de deseo recuerda tus jadeos deleitosos, los orgasmos por ambos alcanzados...
De nuevo se eriza mi piel, hambrienta de que tus dedos la recorran, tus manos como enredadera indómita me trepen, poseyéndome... siembra vida en mis entrañas, riégame de besos, yo te alimentaré de caricias.
Ilya
Tu alimentas nuestra imaginación, nuestro deseo... GRACIAS, Ilya.
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