UNA TRANSPOSICIÓN
Viajando a través del País de la Artemisa, un Asno encontró a un Conejo, que exclamó muy sorprendido:
-¡Cielos! ¿Cómo creciste tanto? ¡Sin duda eres el más grande conejo viviente!
-No -dijo el Asno-, tú eres el burro más pequeño.
Después de una larga y estéril discusión, el asunto fue sometido a la decisión de un Coyote que pasó por allí, que tenía algo de demagogo y el deseo de quedar bien con los dos.
-Caballeros -dijo-, ambos tienen razón, como se podía esperar de personas tan dotadas de disposición para recibir instrucción de los sabios. Usted, señor –volviéndose al animal de más tamaño- es, como él ha señalado correctamente, un conejo- . Y usted -volviéndose al otro- fue correctamente descrito como un asno. Al transponer los nombres de ustedes, el hombre actuó con increíble locura.
Quedaron tan complacidos por esta decisión que declararon al Coyote su candidato a Oso Gris; pero si el Coyote consiguió o no este puesto, es algo que la historia no cuenta.
EL REY SIN HUESOS
Unos Monos que habían depuesto a su rey se hundieron de inmediato en la disensión y la anarquía. En este trance, enviaron una Diputación a una tribu vecina, para consultar al Mono Más Viejo y Más Sabio del Mundo.
-Hijos -dijo el Mono Más Viejo y Más Sabio del Mundo, una vez que escuchó a la Diputación-, hicieron bien en librarse de la tiranía, pero la tribu de ustedes no está suficientemente adelantada como para pasarla sin la monarquía. Tienten al tirano con falsas promesas para que vuelva, mátenlo y entronícenlo. Aun el esqueleto del más ilegal de los déspotas hace un buen soberano constitucional.
Ante estas palabras, la Diputación se mostró muy confundida.
-Eso es imposible -dijeron, alejándose-. Nuestro rey no tiene esqueleto; era un rey de paño.
A LA PUERTA DEL PARAÍSO
Irguiéndose de la tumba, una Mujer se presentó a la Puerta del Paraíso, y golpeó con mano temblorosa.
-Señora -dijo San Pedro, levantándose y acercándose a la ventanilla-, ¿de dónde viene?
-De San Francisco -respondió la Mujer, avergonzada, mientras grandes gotas de sudor brillaban en su frente espiritual.
-¡No importa, mi buena muchacha! contestó el Santo, compasivamente- La eternidad es un tiempo largo; terminarás por olvidar.
-Pero eso no es todo -la Mujer estaba cada vez más turbada-. Yo envenené a mi esposo... yo descuarticé a mis niños, yo...
-Ah -dijo el Santo, con súbita severidad-, tu confesión sugiere una grave posibilidad. ¿Eras miembro de la Asociación de Mujeres de Prensa?
La mujer se irguió y replicó con entusiasmo:
-No.
Las puertas de madreperla y jaspe giraron sobre sus goznes de oro, produciendo la música más cautivadora, y el Santo, haciéndose a un lado, hizo una reverencia, diciendo:
-Entra, entonces, en tu eterno descanso.
Pero la Mujer vacilaba.
-El envenenamiento... el descuartizamiento... el... el... -tartamudeó.
-No tienen importancia, te lo aseguro. No vamos a mostrarnos rigurosos con una señora que no pertenecía a la Asociación de Mujeres de Prensa. Toma un arpa.
-Pero... yo solicité el ingreso... Me pusieron bolilla negra.
-Toma dos arpas.
Me he liao to, entonces mi Maná-Maná qué es, un asno o un conejo.
ResponderEliminarEl rey depuesto es el chita, desde entonces se encuentra vagando, pasando por la ruina bursátil.
ResponderEliminarQue tenga cuidado la Asociación de Mujeres de Prensa, Mariano está muy molesto con la crítica, y si viene de mujeres, ni hablamos.
ResponderEliminarBuenas fábulas y mejores moralejas.
ResponderEliminarSaludos a familiares que están pasando unos días en Segovia. Me comentan que es una joya.
ResponderEliminarYa nos contarán algo en este blog.
No me canso de leer a Bierce; me encantan sus fábulas.
ResponderEliminarAgosto está pasando en un trance de paz, pero es una paz premonitoria para la tempestad que va a comenzar en septiembre.
ResponderEliminarLa tempestad de la foto es una criaturita de pecho comparada con la que vamos a vivir.
De momento empezaremos con la subida del IVA.
EliminarMateriales básicos, como los educativos, se van por las nubes. Qué partida de carroñeros.
Estos no son políticos, son unos golfos lucrativos e inútiles; mediocres, bultos.
¿Quién le pone el cascabel al gato para echar a estos delincuentes?.
La fotografía parece una escena de "Piratas del Caribe".
ResponderEliminarO una escena de "La Canción del Pirata" de Espronceda.
Eliminarme parece interesante
ResponderEliminarEste tio se llevo toda su vida haciendo historiAS QUE NO LAS COMPRENDE NI EL cELA.
ResponderEliminarDios acompaña a un escritor al infierno de los escritores. Allí hay hileras infinitas de escritores sentados en sus mesas que aporrean sus máquinas de escribir. Todos escriben como condenados. Sufren de lo lindo y de los dedos les chorrea sangre porque en las teclas hay cristales clavados.
ResponderEliminarEl escritor recién llegado se vuelve hacia Dios y le dice:
"¿Y el cielo?"
Entonces, el escritor y Dios van al cielo. El panorama es el mismo. Filas infinitas de escritores que aporrean sus máquinas de escribir. También éstos sufren con empeño y les sangran los dedos porque en sus teclas también hay cristales clavados.
El escritor se vuelve hacia Dios y le pregunta:
"Señor, no entiendo. También éstos sufren como los que están en el infierno. ¿Cuál es la diferencia?".
"La diferencia, le dice Dios al escritor, es que éstos publican."
Un poco pesado el ambrosino o no.
ResponderEliminarEste fabulista tiene que ser un gran escritor, la da a las fábulas un toque distinto.
ResponderEliminarDiría que fue. Según he leído, marchó a la guerra de México y no regresó a su país (Estados Unidos).
EliminarEl que es una fábula y un cuento es el Robin, fábulas de gatos y cuentos con el manamana y la maina.
ResponderEliminar¿No estaba Robin en la cueva?.
EliminarEl blog está más flojo en todo.
ResponderEliminarSeguramente será porque estamos en agosto.
En este artículo las tres historias son muy buenas.
ResponderEliminarOtras veces no me he enterado de nada.
Andrómeda se va acercando a Cachiopea, cuando se unan, Bruselas nos atrapará como como una araña a una mosca.
ResponderEliminarNo sabia que Andrómeda estaba tan cerca de Cachiopea.
Mas cerca de lo que nos creemos.
EliminarFábula del Maná-Maná y la Maína:
ResponderEliminar-El Asno: "ratita presumida, de vez en cuando tienes que levantar el rabito, ya sabes".
-La Ratita Presumida: "sométete a una reducción del cacharro, ya sabes".
Moraleja: para que haya buena armonía todos tenemos que sacrificarnos un poquito.