16 de enero de 2010

Mi pueblo

"Es privilegio de aldea que cada uno goce en ella de sus tierras, de sus casas, y de sus haciendas; porque allí no tienen gastos extravagantes, no les piden celos sus mujeres, no tienen ellos tantas sopechas de ellas, no los alteran las alcahuetas, no los visitan los enamoradas, sino que crían sus hijas, doctrinan sus hijos, honrase con sus deudas y son allí padres de todos.
En la aldea no hay ventanas que sojuzguen tu casa, no hay gente que dé codazos, no hay caballos que te atropeyen, no hay pajes que griten, no hachas que te encezen, no hay señores que te precedan, no hay ruidos que te espanten, no hay alguaciles que te desarmen, y lo mejor de todo, no hay truhanes que te cohechan ni aún damas que te pelen..."
Probablemente Fray Antonio de Guevara (1480-1545) vaticinaba en sus escritos de "menosprecio de corte y alabanza de aldea" lo que en siglos posteriores se convertiría para muchos en un sueño inalcanzable o en la utopía de un mundo donde el tiempo sea bien repartido, privilegio escaso reservado a los locos y otras especies en extinción.
Yo puesto a elegir me quedo en la aldea, con vosotros. Utopía, bendita algarrabía.

3 comentarios: