Los Imprepotentes

"Quién ejerce un cargo público puede valerse de la prepotencia para imponer su propia voluntad. La prepotencia es un vicio específico de la ética pública. Prepotente es el que impone su poder, el que prevalece de él.

La prepotencia suele concentrarse en el ejercicio de la violencia externa en las autocrácias políticas y en refinados procedimientos en las democrácias, consistentes más en las estrategias de obstrucción y en omisiones pretendidas que en actos positivos de acción.

La prepotencia, por otra parte, puede ejercerse a través de la influencia directa o indirecta (más frecuentemente), con promesas de satisfacción de intereses futuros de terceros o con la simple creación de espectativas ajenas. Es un tipo de prepotencia psicológica, que a veces no se visualiza, o no es generalmente advertida".

Suscribo lo anterior escrito por Ramón Soriano y ampliaría el concepto de prepotencia en un nuevo término que denominaría prepotencia escénica. Esta consiste en rodearse de personas afines o no, unidas exclusivamente por la cercanía al poder y al dinero, son los que legitiman con su firma y sus actuaciones los actos del político de turno, aún a sabienda de su ilegalidad. Normalmente estos pitufos prepotentes forman una cohorte de subordinados fieles, al menos mientras esté en escena el protagonista principal; constituyen, una pléyade de torpes "intelectuales", aprendices de masones que destrozan con su prepotencia todo lo que gestionan. Es una prepotencia escénica subordinada a la prepotencia principal.

De lo que no quieren percatarse estos imprepotentes es que la función, más tarde o antes, finalizará y el público escaso, si no le ha gustado la obra no volverá.