Los elfos

Paseaba la noche por tierras de lobos cuando la guadaña habia saciado su apetito y se encontraba aprovechando el puente de la Tierra Baja. De pronto, emergió de la penumbra el elfo Thingol, también denominado generalmente elfo oscuro o comedor de la democracia. Estaba sonriente, feliz por su inesperada victoria sobre sus competidores.

Aún no había tomado posesión de su cargo y ya le habían asignado coche oficial, teléfono y asador de carne y pescado. Estaba realmente exuberante.

El exámen lo habia superado con éxito, brillantemente; nadie mejor que él supo exponer los últimos escándalos políticos, operación Malaya, corrupción Comunidad Valenciana, caso Gurtell., trama Pretoria...., nombres, cuentas bancarias, regalos..., con todo lujo de detalles, derrotando a rivales tan importantes como Gollum o al poderoso hechizero Nazgül. Sí, realmente estaba satisfecho, había merecido la pena haber cambiado la túnica por la chaqueta y el carnet de la comunidad política imperante.

Mañana ya todo sería oficial. Congresos, reuniones y compañía especial. Mañana ya no sería un elfo anónimo, mañana se convertíría en un elfo político público, ese ser especial por encima del bien y muy cercano casi siempre a la orilla del mal.

Pronto tendría que aplicar la teoría aprendida a la práctica. No estaba extremadamente preocupado, había tenido buenos maestros, seguiría sus consejos hasta lograr el siguiente escalón en la Tierra Alta, eliminarlos y quedarse como nuevo lider del cotarro.

Dejar las flechas por el teléfono móvil... Uhmmmm ........ que placer.

Dejar las sandalias por el coche oficial ....Uhmmmm ...... que poder.

Dejar la tortilla de setas por la gambas, el jamón y la lubina a la sal ..... Uhmmmm ..... que gula.

Por fin ya era plenamente un ser destacado, un político (del latín politicus, una persona que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado). En mi diccionario: UNO MAS A VIVIR DEL CUENTO.