Los Altos y los Bajos

En mi trabajo existen dos castas, los Altos y los Bajos. .

Los Altos considerados "intelectuales" o soplagaitas pertenecen a la élite, es decir cómplices del poder y viven muy bien. Los Bajos considerados "luchadores" o mentirosos pertenecen al estracto humilde, aparentan enfrentamientos con el poder y viven muy bien.

En mi trabajo conviven estas dos castas en mundos independientes y no suelen invadir el terreno del contrario, no se gustan pero se aguantan, no visten igual pero tienen  tarjeta del mismo banco.

Los Altos son chicos y chicas yupis de la nueva hornada que exclusivamente miran por su interés y el de sus correligionarios, indudablemente mientra no cambien de bando. Los Altos viven bien.

Los Bajos son chicos y chicas de la nueva cruzada que exclusivamente miran por su interés y la de su cohorte de proletarios, indudablemente mientra no cambien de bando. Los Bajos viven bien.

A ninguna de estas castas le preocupa valores ya obsoletos como la profesionalidad, objetividad, productividad o creatividad. Más bien son de los que opinan que lo importante es destacar aunque tengan que emplearse técnicas para machacar, aislar, ridiculizar o castigar.

Los Altos viven muy bien, los Bajos también.

Llegado a este punto me asalta una duda "existencial", donde encajamos los demás. Imposible una nueva casta, imposible no estar. Quizá la única solución sea adscribirnos de forma transitoria a una locomotora en vía muerta para que los Altos y los Bajos tengan la sensación de que no existimos.

Los Altos de momento viven muy bien, los Bajos de momento también. Los de la locomotora de momento esperaran y actuaran como el refrán: "Dijo el perro al hueso: si tú eres duro,yo tengo tiempo".