Soy una vagabunda errante. No me queda nada, absolutamente
nada. Mis días gloriosos pasaron tan rápido, que en la actualidad apenas soy
capaz de creer cómo he podido acabar en esta situación tan miserable. Y todo
porque fui creada para que otros se alzaran con el poder. Ahora me percato de
que fui una mera marioneta.
Jamás se me pasó por la cabeza que terminaría de esta guisa
cuando era famosa. Estuve en la cúspide. Allí fue donde me elevaron mis
creadores. Por entonces creía que sería indestructible y que me convertiría en
aquello para lo que fui diseñada. La convicción y vehemencia que ponían
aquellos que me inventaron en cada uno de sus discursos me hicieron creerme
todo ello. Pero nada más lejos de la realidad.
Mi vida por aquel entonces tenía sentido. Era en aquella
época cuando llenaba los corazones de muchísima gente y eso iluminaba mi vida.
Les hice creer a todos ellos que un mundo mejor era posible, y sin embargo
ahora revivo día tras día la pesadilla que supone no haber cumplido con mi propósito.
Paradójicamente, casi todos aquellos que durante esos días
creyeron en mí, ahora me ignoran y ningunean. La gran masa social me aplasta
con un pasotismo abrumador. Nadie parece percatarse de mi presencia en los
suburbios de la ciudad, y tan sólo unos pocos siguen recordándome y dándome el
valor que tuve en mis días de esplendor.
Ardo por dentro cuando veo en la televisión a mis
creadores justificando mi abandono y olvido, y no puedo soportar ver como se
cristalizan situaciones que son la antítesis de lo que yo debería haber sido algún
día.
He escuchado por parte de otras muchas como yo, que en otros países como Japón importamos. Que allí
no se permite que caigamos en el olvido, revisándose nuestra situación tras un
tiempo. En el caso en el que existieran atisbos de que alguna como yo no se está
cristalizando, se reinicia todo el proceso.
Cuando nos reunimos en las hogueras callejeras para intentar
no morir congeladas, solemos hablar de lo bella que sería la vida en Japón
y recordamos momentos fugaces del pasado en los que éramos felices. Durante estas
conversaciones, alguna de mis colegas suele decir que no tiene sentido seguir
viviendo así, algo con lo que no estoy completamente de acuerdo.
Creo que mi existencia si tiene sentido aún, y ella pasa por
esperar a que lleguen las próximas elecciones y con ellas montones de nuevas camaradas que
vendrán de haber pasado por lo mismo que yo pasé. Será entonces cuando tenga
una misión clara y concisa: evitar el suicidio de estas nuevas desdichadas.
Firmado:
Una promesa electoral
Artículo reeditado: originalmente publicado el 18 de Diciembre de 2013.
Artículo reeditado: originalmente publicado el 18 de Diciembre de 2013.
Excelente artículo intimista y determinante.
ResponderEliminarMuy bueno, Nodoyuna. Por desgracia, las promesas electorales incumplidas nos abrumarán.
ResponderEliminarHemos llegado a la puta costumbre de ver cómo las promesas electorales terminan ahogadas, en el suicidio; todas son mentiras, mentiras para alcanzar un jodido voto.
ResponderEliminarNo puedo comprender cómo no se legisla su total cumplimiento, con penas ejemplares, como no quiero pensar que todas las "esferas del poder" vayan de la mano para apagar la ilusión del ciudadano; favorecer los intereses de una calaña de cerdos que cometen impúnemente todo tipo de delitos, basados en las falsas promesas electorales.
Por poner un solo ejemplo, mi Maná-Maná, "poderoso", enriquecido, que lleva 20 años pululando, primero por la penumbra y posteriormente por el núcleo del poder.
Resultado: Tasas de paro estremecedoras y una ciudad arruinada hasta las entrañas.
Más verdad que un santo.
EliminarY no pasa nada.
EliminarUna promesa electoral es incumplida si es consentida por todas las partes.
ResponderEliminarVoy a regalar 1.000 viajes al Caribe y 1.000 jamones ibéricos ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarPuesto a promesas que no se cumplen, ahí va eso.
EliminarBuena reflexión.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Nodoyuna. Vendrán tiempos mejores y las elecciones pueden marcar un giro positivo para toda la sociedad.
ResponderEliminarEste virus invade toda la geografía española.
ResponderEliminarMe gustan los artículos que estais publicando últimamente. Os felicito.
ResponderEliminarQué tal acabaste anoche, tío?
ResponderEliminarPues guay! Acabé follando con una americana.
Qué cabrón! Y, qué tal?
Pues muchísimo calor, tío, tuve que quitármela.
Muy bueno.
EliminarEsto no tiene remedio, exceptuando una revolución.
ResponderEliminarSr. Rajoy, todas sus promesas electorales eran mentira salvo alguna cosa.
ResponderEliminarLas promesas electorales deberían estar firmadas ante NOTARIO y si no cumplen, A LA CALLE.
ResponderEliminarMagistral exposición de un tema importante del que no solemos hablar, como es el de las promesas electorales.
ResponderEliminarLas promesas electorales ni se crean ni se destruyen, solo se incumplen.
ResponderEliminarBuena extrapolación.
Eliminar¿Cuántas personas se leen las propagandas electorales?.
ResponderEliminarEsta pregunta nos reconduce a otra:
¿Para qué?.
Creo que se refiere a los programas electorales.
EliminarHolanda audita las promesas electorales para impedir que se incumplan. ¿Para cuando en España?
ResponderEliminarEn España nunca, éste es un país de golfos y rateros.
EliminarSi un contrato verbal tiene validez legal, ¿porqué las promesas electorales no? Se hacen en público, por escrito y se graban en televisión.
ResponderEliminarMuy bueno. me ha encantado, Nodoyuna. Como siempre, "sembrao".
ResponderEliminarEl incumplir promesas electorales debería ser otro pecado capital ¿Qué te parece, Nodoyuna?
ResponderEliminarEl polifacético Bake Nodoyuna en su línea mordaz e irónica, no exento de razón.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Rajoy va a cumplir más años que promesas electorales en todo su mandato. Esto es así.
ResponderEliminarMUY BUENO¡¡¡¡
EliminarEn Japón por incumplir una de las promesas electorales, hay elecciones anticipadas. Por Incumplir todo Rajoy debería ser juzgado por fraude electoral.
ResponderEliminarTenemos mucho que aprender de los japoneses, empezando por los que votamos.
EliminarLos políticos son unos golfos, golfos más que golfos!!
ResponderEliminar¿No hay ningún mecanismo legal para llevar ante los tribunales a los partidos que incumplen sistemáticamente sus promesas electorales?
ResponderEliminarHay mecanismos como hay leyes, lo penoso es que no se cumplen.
EliminarHay un mecanismo estupendo, mejor que cualquier ley: no volverlos a votar.
EliminarFelicidades Nodoyuna, gran artículo. Las promesas electorales hace muchos años que se dejaron de cumplir, sino que se lo pregunten a Maná-Maná.
ResponderEliminar¿Les queda alguna promesa electoral que incumplir a estos sinvergüenzas? Han ganado engañando al pueblo. Carecen de legitimidad.
ResponderEliminarLas promesas electorales del PP se diluyen igual que una aspirina en un vaso de agua. Ahora vais y les volvéis a votar.
ResponderEliminarBueno, parece que el PP va a incumplir la penúltima de sus promesas, que la luz no subiría. En enero un 7%. Lo peor es que sube cada 3 meses
ResponderEliminarCuando un ministro dice que no va a subir la luz y luego sube, dicho ministro debería pagar de su bolsillo la subida de todos.
EliminarOtra subida de la luz. ¡Gracias señores del PP por hacernos la vida más fácil!
EliminarCon el frío que hace hoy y el que ha hecho esta noche no se me quita de la cabeza la próxima subida de la luz.
EliminarCon la nueva subida hay que enseñar a los niños a temer la luz y no la oscuridad.
EliminarEsto es muy fuerte!
EliminarLos trabajadores deben cumplir servicios mínimos, pero los políticos no cumplen mínimamente sus promesas electorales a los trabajadores
ResponderEliminarPensemos en positivo, ya va quedando menos, Nodoyuna.
ResponderEliminarY Robin no quiere volver a su cueva. Otra promesa incumplida.
ResponderEliminarHabrá que respetar sus miedos.
EliminarLa cobardía viaja sola.
EliminarEl Partido Popular subirá la luz después de negar la subida tres veces. ¡Qué se puede esperar de estos mentirosos!
ResponderEliminarPedazo de artículo, Nodoyuna.
ResponderEliminarPrimero fueron contra los derechos, después contra las libertades: ése era el Programa en B del Partido Popular.
ResponderEliminarEso es cierto. Esto es una Dictadura encubierta.
EliminarComo nos quedemos de brazos cruzados nos van a dar fuerte y flojo.
Los mujeriegos son como los políticos sólo ellos se creen sus mentiras.
ResponderEliminarThere are two things no man will admit he cannot do well... drive and make love.
ResponderEliminarMe ha gustado.
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