15 de febrero de 2016

Esperando el amanecer

Recorro junto a la tierra prometida de casas orladas de seda y altas vallas que bloquean el paraíso, paso con mi ajuar nupcial en libertad, una y mil veces, con el bolso y el tacón, con medias y ligas transparentes, la mirada en mis ojos es un látigo , paso con mis largos trajes de aprendiz... soy la estación que está mirando los trenes, el clima en el que se pudre la fruta, el dedo acusador de la vecina me señala, soy un vaso de ángel, de los que beben con sed de ceremonia larga, no hay tiempo de sanar mis heridas, mis pezones dorados brillan como centros de luz de luna, desafío para los hombres. 
Soy un himno, un rito, corro de sombra en sombra huyendo perfiles, recogiendo las posesiones del borracho, frunciendo el cuerpo de la ciudad como una alcantarilla oscura, donde el olor a semen se refugia ¡Huyo!, no soy un soldado, soy un desertor..., un cierto olor a semen en propagación, un gusano que resurge a la vida..., hay una noche que ritmo auscultarle. 
Y hay un girar a la izquierda como las ganancias en un acto con la forma y estructura de seco amor, respiratorio entre los huesos desnudos y la ciencia de mi piel, que sollozaba horrorizada... Divinidad de mujer con dinero comprada... un hombre que miente así, ahora dice... es tarde... volveremos a vernos, y cae la almohada vergonzosa depositaria de lágrimas, de goces, vergüenzas y sueños y nos besamos, huellas y arrugas comunes, atrapando a muchos con mi cuerpo, presa de uno por mi alma, Divinidad de difícil acceso.., Y está pasando la noche y es posible que en los días de la ociosidad de los cuerpos se eleve la sangre a mis mejillas, y un olor a vómito emerja de mi boca, y lo que los sueños mantienen con lágrimas y mal vino bebido de humos, vergüenzas ...
de sangre menstrual forjada al calor de un cigarrillo, dormir, maltratada y lamer la profunda hendidura de mi pecho... encadenada a la farola en la noche, cuando abdican los últimos deseos, espero el amanecer para que ponga una hoja de menta entre mis dientes, y una ilusión en mi cansado corazón... 
Todo comenzó hace mucho tiempo, cuando sobre la ciudad voló un cuervo... y un ángel se perdió por el hambre de su sabor entre sus labios...

ILYA

Ilya nos regala un nuevo escrito, inquietante, enigmático... GRACIAS

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