Desde
que nací me programaron para robar. Puede que se trate de una cuestión innata
espoleada por la ordenación peculiar de mis genes, cuya responsabilidad
tendrían que asumirla mis ascendientes lejanos. O tal vez sea así porque me
fijara en las pautas de conducta de mis padres y familiares cercanos, en cuyo
caso los culpables de mi idiosincrasia serían ellos mismos. Sea como sea, la
cuestión es eludir responsabilidades. Ahí soy un auténtico maestro.
Después
de cursar mis estudios en colegios religiosos y universidades privadas, mi primer
puesto de trabajo me cayó del cielo. Se trataba de un cargo creado de la nada
por conocidos de mi círculo de influencia. De este modo empecé a trabajar para
el sector público como probador de espejos de todos aquellos edificios que
dependían de mi administración. Mi naturaleza porcina me cualificaba
perfectamente para el puesto, puesto que de este modo comprobaría que los
espejos serían de buena calidad si no se rompían al reflejar mi ser. Por desgracia,
resultó que no era válido para el puesto, ya que las facturas de la
administración en concepto de “espejos rotos” se acumulaban en grandes montañas
de papel.
Trabajé
durante poco tiempo, pero ello me permitió vivir del cuento durante varios
años, gracias a los emolumentos obtenidos. Fue entonces cuando me compré todo
lo que se me antojaba: coches, casas, joyas, lo último en tecnología, vallas de
oro para mí pocilga…
Pasado
un tiempo fue cuando mi verdadera naturaleza salió a flote. Cada vez necesitaba
consumir más y más, lo cual se convirtió en una auténtica necesidad. Mi nuevo
trabajo como técnico de todos los enchufes en una administración paralela a la
anterior no me daba para abarcar con todas mis necesidades, por lo que a los 33
años, una vez superada la edad de Cristo, empecé a robar con alevosía. En mi
instrucción me enseñaron que hay ciertos mandamientos que se pueden incumplir siempre
y cuando luego se purguen los pecados.
No
tenía miedo al infierno, pero si a la cárcel, puesto que allí no podría
disfrutar de todos mis bienes de consumo. Sin embargo, si no robaba no podía
sufragar mis necesidades consumistas. ¡Menuda paradoja terrenal!
La
primera vez que metí la mano en fondos públicos de manera ilegal me moría de
miedo, puesto que tenía la certeza de que me cogerían. Pero cual fue mi
sorpresa cuando me percaté de que esto era algo normal en mí entorno. Así pues,
fui cogiendo soltura y robar se convirtió en el pan nuestro de cada día.
Ya ha
pasado mucho tiempo desde aquellos años en los que me inicié en el arte del
saqueo. Sin duda que lo pasé mal en aquel proceso judicial en el que existió la
remota posibilidad de terminar en la
cárcel, pero gracias a todos los que me rodeaban, y a Dios, salí indemne.
Hoy
vivo feliz en mi paraíso fiscal y cuando muera me esperará el cielo más
impoluto, ya que a lo largo de mí vida no falté ni un domingo a la iglesia.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 11 de Octubre de 2012.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 11 de Octubre de 2012.
Muy clarito lo pones. La clase política española.
ResponderEliminar¿Por qué el reflejo en el interior de una cuchara no siempre resulta al revés?
ResponderEliminarLa explicación de un curioso fenómeno óptico
La cara interna de la cucharilla es un espejo cóncavo. Lo que significa que los rayos de luz que proceden de nuestra frente rebotan en la punta, pero salen reflejados hacia abajo.
Y los que proceden de la barbilla van a parar a la parte más cercana al mango, pero envían la luz hacia arriba. Por tanto, nuestro ojo recibe la luz que viene de arriba en la parte de abajo, y viceversa, de modo que la imagen resulta invertida.
Eso es porque miramos desde un punto en el que los rayos de arriba y abajo ya se han cruzado.
Pero si nos acercamos mucho, esto aún no ha ocurrido y nos vemos al derecho.
Pues sí que es muy curioso.
EliminarUna buena afición y mejor profesión. Tiene el inconveniente que a lo mejor te pillan y como se está poniendo el cotarro, te pueden hasta linchar.
ResponderEliminarEra un ladrón que estaba robando en una casa pero con tal mala suerte que llegaron los dueños de casa y lo vieron, entonces, el ladrón dice:
ResponderEliminarComo ya me vieron, los voy a tener que matar, pero antes quiero saber sus nombres, y le pregunta a la muchacha su nombre y ella dice:
Isabel.
A ti no te puedo matar porque así se llama mi mamá.
Luego le pregunta al muchacho y él le dice:
Me llamo Juan, pero mis amigos me dicen Isabel.
es una forma muy sutil de llamar cerdos a estos niñatos politiqueros
ResponderEliminarInteresante como todo lo que hacéis. El blog cada dia con más ritmo. Besos.
ResponderEliminarBuenísimo, sencillamente genial.
ResponderEliminarNodoyuna, no sabía que conocías a mi Maná-Maná.
ResponderEliminarLa Maina también es una ladrona de carteras públicas.
EliminarPedazo de artículo, muy irónico, hecho con arte y estilo.
ResponderEliminarMe hago una pregunta, ¿Cuántos de estos habrá en España?.
ResponderEliminarSe descubren tramas de corruptelas; se llevan a los juzgados a políticos, incluso ya llegan a cruzarse. Pero cuántos están en la cárcel?.
ResponderEliminarNo cabe duda de que estamos en un país donde no existe la teórica separación de poderes. La clase política está imbricada con la judicial, con lo cual ya sabemos quién se beneficia y a quién perjudica este sistema.
Este artículo es de sobresaliente, grandioso. Vaya forma de describir a la clase política, y para más inri, a los que actualmente nos "gobiernan".
ResponderEliminarEl título del artículo se parece al de una obra literaria.
ResponderEliminarLA POLÍTICA O EL ARTE DE ROBAR.
Es más fácil formar a niños de bien, que reparar a hombres corruptos• Frederick Douglas
ResponderEliminarNo es ya la opacidad de la administración, la desidia o complicidad del poder judicial o la prepotencia y arrogancia del que manda, se elimina a los jueces molestos, se criminaliza al que protesta, se demoniza al que les planta cara... Esto es España
ResponderEliminarHablar de políticos es ofender y creo que no todos son iguales.
ResponderEliminarAhí estoy de acuerdo, no todos los políticos son iguales. Son pocos los que se escapen de la opinión generalizada.
EliminarSi quitamos los ladrones, los desfraudadore, lo que cobran el paro ilegalmente, los Eres, los boca negras y otras especies autoctonas nos quedamos con un plato de boquerones.
ResponderEliminarBoquerones del "Tendaleras".
EliminarAlgo no marcha bien en una sociedad que pone más atención a unos revoltosos que a un exdiputado corrupto que paga chofer con fondos públicos.
ResponderEliminarYo enviaria a todos los politicos corruptos a la guillotina, es rapida y no duelo, eso sí se le pierde a uno la cabeza...
ResponderEliminarEsto es una merienda de negros y nosotros sólo somos el aperitivo.
ResponderEliminarNodoyuna, como siempre lo has clavao.
ResponderEliminar¡¡La justicia en este país esta en manos de políticos sin escrúpulos.Todos somos iguales ante la ley pero unos son mas iguales que otros¡¡ Ningun alto cargo del tribunal supremo se atraverá morder la mano que los alimenta. Yo al menos lo percibo así. No hay independencia del poder judicial en sus actuaciones.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Son los principales culpables.
EliminarÚLTIMA HORA: El ministro de Educación, Wert será el encargado del cambio horario el 28 de octubre: a las 2 de la madrugada será 1939.
ResponderEliminarLa fotografía que le pegaría a este gran artículo sería la que apareció en un artículo publicado el 4 de mayo de 2011, titulado "Maná Maná y su barbero".
ResponderEliminarSimplemente por curiosidad, miradlo.
¡¡¡¡Hoy es juernes!!!!
ResponderEliminarLa culpa de la crisis la tiene el pueblo por ser unos vagos y no los pobres bancos especuladores y políticos corruptos.
ResponderEliminarVota gaviotas y te sacarán los ojos.
ResponderEliminarAquí hay Mariano encerrado.
Ojos que no ven, Urdangarín que se lo lleva.
Todos los caminos llevan al INEM .
La corrupción en los políticos es espejo de la sociedad, ni mas ni menos.
ResponderEliminarHay mas criminales en la política que delincuentes en la cárcel y la policía intentando acallar a la gente a base de porras. No sé quien es peor si el político ladrón o el policía cobarde que es capaz de matar por un mísero sueldo.
ResponderEliminarYa no vale el decir que los policías son simples trabajadores. Lo que todos hemos visto lo puede confirmar. Lo que tienen que hacer es dar porrazos a los políticos; ellos son los verdaderos delincuentes.
EliminarLa mayoría de los casos de corrupción ni se han investigado siquiera.
ResponderEliminarLa Corrupcion en el Estado Español emana por todos sus poros .
ResponderEliminarCuando la opinión pública calla la corrupción de su gobierno hace de éste un monstruo ineficiente y costoso para si mismo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu artículo, Nodoyuna. Muy acertado.
Si yo robo una bicicleta, me meten en la cárcel. Si Urdangarín roba un Banco, lo hacen duque y yerno del Rey. ¿No es una discriminación?
ResponderEliminarEn dinero corrompe cuando puedes corromperte y no te pasa nada, por eso en otros países con menos borregos que el nuestro tienen un sistema preventista o cautelar que evita la corrupción antes de que aparezca, dicho sistema consiste básicamente en garantizar la independencia del poder legislativo, cosa que no ocurre en Españistán ni por asomo.
ResponderEliminarAQUI EN MI PUEBLO HAY UNO QUE IBA CONMIGO AL COLEGIO,Y EL TIO NO SABE HACER LA O NI CON UN COMPAS,POR DIOS.
ResponderEliminarEL TIO NO HA DOBLADO EL LOMO EN SU PUTA VIDA,COÑO.
PUES NADA,SE AFILIO A UN PARTIDO Y NOS LO HAN METIDO DE CONCEJAL,COÑO.
EN MENOS DE TRES AÑOS,EL TIO VA CON UN MERCEDES,SE HA COMPRADO UN CHALETAZO Y SE HA MONTADO DOS NEGOCIOS,COÑO.
Y LOS GILIPOLLAS DEL PUEBLO LE VAN DANDO PALMADITAS EN LA ESPALDA CADA VEZ QUE LE VEN,CIELO SANTO.
¡Cárcel para todos ellos ya!
ResponderEliminarY que devuelvan lo robado.
Sr. Moderador o Sr. inepto, debería usted de cuidar más a las gallinas de su granja y respetar más a los gallos de otro corral.
EliminarA la cárcel sin juicio, tenerlos presos hasta que devuelvan lo trincado.
ResponderEliminarY después, a juicio. Nueva condena, y un multazo gordo.
Y luego, inhabilitación , de por vida.
Estos, son los que hemos votado. Así, va el país.
Parece que la Soraya se ha enfadado con una billetera que estaba en su bolso y no se sabe a que parado pertenece.
ResponderEliminarEl fondo de cualquier tema es importante, pero aun más es la forma de exponerlo.
ResponderEliminarEn este artículo has bordado la forma, con mucha imaginación. Te felicito.
Apolo, Diana, tengo un grave problema. Cerca de mí hay un cerdo-político que tiene intenciones de robarme la cartera.
ResponderEliminarLo he adivinado porque lleva una bolsa de basuras negra muy grande, aunque mi cartera está escuálida, famélica, limpia como una patena.
Vosotros, que tenéis enchufe con Zeus, Mandadme a un ladrón de verdad, de los de toda la vida, para que le roben a estos encorbatados que me agobian.
Yo como puta super pija no quiero que me metas en más lio pajero Gibran. Mi amiga Pantoja no me permite que continue con estas tonterias flamencas.
EliminarHouston, tenemos un problema con respuesta.
EliminarDiana es una mala copia de la verdadera y al pajero del reino le solicito que no me moleste durante este fin de semana. Inverno desde este momento.
El blog parece que va cogiendo ritmo.
ResponderEliminarAnarquía pura y dura; fuera todos los políticos; a la cárcel, después de devolver todo lo robado.
ResponderEliminarmuy apropiado la ilusión del ladron de parecerse al guarino. Sale mal parado. Genial el artículo.
ResponderEliminarCada día eres más grande.
ResponderEliminarUna lamentable realidad descrita de una manera bella.
ResponderEliminarGran artículo.
No doy una te lo voy a decir en plata de las pijotas del sur: Estás muy bueno yo voy a arañar a cualquiera que pretenda tocarte más alla del metro y medio por debajo de la mesa de camilla. Te adoro y además escribes muy bello.
ResponderEliminarUn pedazo de artículo de un pedazo de amigo.
ResponderEliminarFormidable, da gusto de leer este artículo que aunque hable de lo que en la actualidad acontece, su ironía lo envuelve agradablemente haciéndolo mas atractivo.
ResponderEliminarFelicidades y un abrazo