Maná Maná y su Barbero

Érase una vez un concejal llamado Maná Maná, extremadamente feo, a su rostro de aspecto brutal, a su barba que parecía cortada a trasquilones, se unía que además era tuerto del ojo del culo, que caminaba encorvado, era perniquebrado y que incluso llevaba una pata de palo.

En cierta ocasión el concejal ordenó que viniera su barbero municipal y que le arreglara la barba e incluso le afeitara la cabeza porque no le gustaba la manera en que sus pocos pelos parecían estar desagradable y asquerosamente desgreñados, mas bien parecían las rebabas de un martillo de plomo.

El barbero municipal llega y obedeciendo las ordenes del concejal, le rapó la barba y a continuación le afeito la cabeza, bien, si has terminado con tu trabajo le dijo el concejal, acércame un espejo para que me vea. El concejal contempló su imagen en el espejo y quedó absolutamente horrorizado, era tal el reflejo de fealdad que se veía sobre la pulida superficie del espejo, que sin poderlo evitar comenzó a aullar como si fuera un animal, en verdad era peor que un animal, era mas cabrón que Hitler y Stalin juntos.

Y a continuación comenzó a golpear a puñetazos el suelo mientras lloraba de rabia y de pesar, estuvo así como dos o tres minutos y cuando ya parecía que se había consolado y se secaba las lagrimas que le habían caído por las mejillas, descubrió que su barbero estaba llorando exactamente igual y continuaba haciéndolo, pensó el concejal que acabaría enseguida pero el barbero seguía llorando, golpeaba el suelo a puñetazos, se daba con la frente contra los tapices, y no paraba de decir ¡que horror, que horror!

Finalmente, cuando llevaba mas de una hora sometido a aquel doloroso duelo, el concejal le dijo: ¿pero se puede saber porque continúas llorando de esa manera? A fin de cuentas el que tiene un aspecto realmente monstruoso soy yo y no tu, que eres simplemente mi barbero, y el barbero se volvió hacia él y le dijo: Mi señor, Maná Maná, vos os habéis visto tan solo un instante en el espejo y habéis reaccionado de esa manera, como pensáis que puedo reaccionar yo que soy un comemierda y os tengo que ver y soportar todos los días y a todas las horas.

Epaminondas Talero, ya Colaborador habitual, nos remite este artículo.. Sin palabras. GRACIAS.