24 de noviembre de 2009

Inferno

A la mitad de mi vida, en una oscuridad sin par me encontraba, extraviado me hayaba, triste, perdido, taciturno, sin una luz que me guiara. La agustia y el dolor me laceraban como si me encontrarse en una triste selva, áspera y fuerte, que me vuelve el temor al pensamiento y tan amarga como la propia muerte. No se como entré en ella, avocado me fuí, atado me llevaron, y con los ojos vendados caí.

Sólo los recuerdos me quedan, aquellos mismos que me agobian.
Sólo el pensar en tí me alegra, aquello mismo que me acongoja.
Sólo la luz de tu sonrisa serena mi rostro, aquello mismo que en una falaz mueca lo vuelve.
Recuerdos de un pasado cercano, recuerdos de uno lejano.

En la ciénaga ando, chapoteo, me hundo, me ahogo, buscando sin fin una orilla, buscando un monte, buscando un cielo. Sólo busco salir de esta pesadilla y con aliento anhelante salir del piélago a la orilla. Encontrar el monte, encontrar la luz, y sin uir, con la mente ya serena volver sentir la candidez de tus abrazos y la calidez de tus besos...

1 comentario:

  1. En la luz a veces encontramos oscuridad. En la penumbra siempre existen otras opciones. Si todo te agobia siempre encontrarás en el camino nuevas opciones entre ellas la amistad.

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