Córdoba califal, Córdoba señorial. Blanca sábana, suero incoloro, columnas jónicas y cielo encapotado. Otoño, hospital, convalecencia, pasillo ruidoso, habitación en penumbra y emociones contenidas. Olor, fuerte olor, tubos, carburos metálicos y el blanco predominante. En la cama la ternura, mis genes, la esperanza de un futuro mejor, mi hijo. Alegría por nuestro pronto regreso. Adiós tierra de Abderramán, adiós Córdoba bonita, adiós Córdoba califal.
31 de octubre de 2009
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