Los batallones están en formación. Todo está listo para la
contienda. Los estandartes muestran sus insignias y ambos saben que tan sólo
podrá quedar uno ondeando.
Era algo que se veía venir. Desde el momento en el que el
escenario cambió en la tierra en la que tanto unos como otros convivían, ambos
bandos supieron al instante que, tarde o temprano, estaban destinados a librar
la más grande de todas las batallas.
Todo comenzó hace unos meses, momento en el que la
convulsión, la incertidumbre y la desolación dominaban absolutamente todo. Por
ello, los dos centros de poder más importantes del lugar decidieron tomar
cartas en el asunto. Sin duda, el futuro de la zona dependía de alguno de
ellos. Pero, ¿de quién?
El Norte siempre se caracterizó por su capacidad para
razonar. Todas las posibles alternativas habían sido analizadas y evaluadas
previamente. Se puede decir que todo estaba bajo su control en aquellos páramos
helados. Para poder llegar a conseguirlo, todos sus habitantes trabajaban a
destajo día y noche elaborando informes para sus dirigentes sobre posibles
situaciones futuras. Gracias a todo ello, su influjo creció y fueron logrando
atraer a otros muchos a su causa.
Por el contrario, desde el Sur no existía la organización
que siempre primó en el Norte. Desde aquellas tierras ardientes todo fue
siempre mucho más impulsivo, apasionado e impetuoso. Su mayor virtud radicaba en
su habilidad para conectarse con la naturaleza y poder llegar a saber lo que la
misma le suplicaba, aunque no siempre les resultaba fácil llegar a obtener
respuestas. Ello suponía en muchas ocasiones un problema para ellos, puesto que
nunca parecían organizarse cuando había que considerar múltiples variables. De
este modo, todos los territorios cercanos parecían darle la espalda en los
momentos clave.
Así, los grandiosos y heroicos guerreros sureños decidieron
partir en dirección norte. Allí sabían que les esperarían los norteños y sus
secuaces replegados en sus castillos y fortalezas. También eran conscientes que
les superaban abismalmente en número, pero nada de ello les importaba en
absoluto. Sabían del poderío que aglutinaban y su confianza en llevarse la
victoria era portentosa. La diferencia fundamental con sus oponentes radicaba
en que ellos sabían perfectamente lo que las tierras que pisaban demandaban.
Esa cualidad para comunicarse con la madre tierra nunca la
atesoraron por las regiones septentrionales, básicamente debido a que estaban
muy ocupados en pensar sobre las consecuencias futuras de todos y cada uno de
sus actos. Aunque quizá puede que se debiera a que nunca fueron capaces de
sentir el calor del mundo que yacía bajo sus pies.
La sangre acaba de empezar a derramarse. No está claro quién
saldrá vencedor. No obstante, lo único que parece seguro es que si el Sur sale victorioso,
muchas más vidas se perderán en el camino. Si así fuera, se podría decir que todas
ellas se habrían perdido por una buena causa.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 20 de Marzo de 2014.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 20 de Marzo de 2014.
Me supongo que te refieres al Norte y al Sur de EEUU. La referencia que realiza Bodoyuna a la madre tierra es muy acertada.
ResponderEliminarPara comprender el artículo de ayr y el de hoy hace falta mucho coficiente intelectual
ResponderEliminarillo una cosa más sencillita.
En las guerras no hay ganadores, todos son víctimas.
ResponderEliminarNo sé a qué se refiere este artículo. Está bien redactado pero me pierdo.
ResponderEliminarSi las mujeres dominaran el mundo no habría más guerras. Sólo países con envidia del otro y durante un año sin hablarse.
ResponderEliminarMientras nuestros queridos hermanos portugueses cantan "As Armas", sus vecinos del sur están reclutando un gran ejército, no de valientes, para dirigirse al norte.
ResponderEliminarAl frente del ejército está mi Maná-Maná, escoltado por los pelotas y lacayos, sindicalistas liberaos, la Maína y algunos politicuchos voluntarios, colocados como un F4, como un bando de avefrías.
La misión está muy clara, invadir nuevos territorios, encontrar nuevas ubres donde chupar, que las del sur están paupérrimas.
Como todo no es económico, implantarán sus valores a los nuevos "adoctrinados", valores basados en la enseñanza de la inmoralidad, la injusticia, la prevaricación, la malversación de los fondos públicos, la sinvergonzonería, el acoso psicológico, el engaño, la mentira, la avaricia, las pésimas gestiones, la incompetencia y un sinfín de epítetos patrios.
No cabe ninguna duda de que el golfo de mi Maná-Maná es internacional y no tiene fronteras.
En vez de un ejército parece una piara de cabras.
EliminarGenial.
Eliminar¡¡¡¡Hagamos el amor y no la guerra!!!!
ResponderEliminarSi las mujeres gobernaran no habría guerras, sólo grupitos de países hablando mal de otros y sonriéndose entre sí.
ResponderEliminarLa primavera trompetera ya llegó....hoy me despido del abrigo!!! ¡¡Buenos días!!
ResponderEliminarGente por la calle con bufanda y otros al lado en manga corta. Ya está aquí la primavera. ¡SI, SEÑOR!
EliminarSe agradece la llegada de la primavera y que cada vez haga menos frío en la cola del INEM.
EliminarFdo.: GOBIERNO DE ESPAÑA
Y la cola cada vez más larga...
EliminarNecesitamos más amor y menos guerras. ¡Que tengan buen día!
ResponderEliminarEl significado sólo lo entenderá el autor.
ResponderEliminarYa huele a primavera, en el Corte Inglés. Pueden ustedes pasar, las puertas están abiertas; si no os atrevéis a comprar, podéis mirar nuetra nueva colección de primavera. Use le tarjeta del Corte Inglés y disfrute de nuestras ventajas.
ResponderEliminarBON VOYAGE.
Comprueba quién es capaz de matar por ti antes de morir tú por nadie.
ResponderEliminarEl éxito de la vida no está en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca.
ResponderEliminarLa felicidad no es un estado, es una decisión. ¡Feliz Día Internacional de la Felicidad!
ResponderEliminarPienso que las guerras nunca están justificadas, el que quiera guerra siempre la encontrará. Lo importante es saber buscar la paz.
ResponderEliminarMe ha gustado.
ResponderEliminarNi comprendo el mensaje ni tampoco a quién va dirigido.-
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