3 de septiembre de 2009

De oficio pajillero controlador


Control chulesco o el recuento de los caídos.

Doble moral es condenar la mentira y practicar la llamada “restricción mental”, o mentira autorizada jerárquicamente.
Doble moral es pregonar que el elector es quien decide y preparar en sustitución suya unas decisiones que no fomentan la productividad general de la entidad pública.
Doble moral es acusar sin pruebas a los adversarios y exigir la presunción de inocencia para los del mismo bando y muy especialmente para las marrullerías cometida por el dueño de la escombrera.
Doble moral es proclamar por escrito y con el conforme del hombre de Panamá todas las maldades del bando que cae bien y silenciar las del que suscita nuestras simpatías porque es la auténtica.
Doble moral es pretender interpretar lo propio y lo ajeno. Proclamar que cuando el Evangelio dice “hermanos" quiere decir “primos”.

Que sentimientos o pensamientos vuelven a un hombre controlador en todas sus relaciones?Miedo?Ego?Poder.
Conozco a un "dueño de establo" que practica los dos oficios: doble moral y controlador. A su rebaño los cuenta frecuentemente y a sus huestes vacuna "fieles" les concede privilegios análogos a los que él se concede a si mismo por la bendita gracia del espíritu mensual llamado nómina y dietas varias.

Cuenta la leyenda que un rey bíblico compró la primogenitura de su hermano por un plato de lentejas y también se cuenta que otro (o el mismo), poseído por la ira ante la admiración del pueblo y de su propia familia , perdió paulatinamente la razón. Desesperado por sus continuas derrotas en el campo de batalla, evocó el espectro que profetizó su muerte y la de su estirpe.

Por supuesto este chicuelo de doble moral y controlador de mala leche sólo tendrá un final: Se hartará de contar y algún día le aplicaran la doble moral, puede que se dé la paradoja y que ejecutor sea el mismísimo hombre de Panamá. Por cierto? Cuanto te queda para jubilar?

1 comentario:

  1. -¿Por qué estas don Pijote tan morado?
    -El esfuerzo fatiga a quien trabaja.
    -¿Se trata del fornicio o de la paja?
    -Ambos me impones, viejo desgraciado.

    -Anda Pijote, enano mal criado,
    que meneándome ayudo ante la raja.
    -Tú has de llegar, no dudo, a la mortaja
    pajero, cogedor y enamorado.

    -¿Malo el amor, la paja o el fornicio?
    -Soy yo quien pago tu lujuria y vicio.

    -Metafísico estás -Soy quien trabajo
    y creo que respondo con prudencia.
    -Te quejas y bien gozas a conciencia,
    Pijote cabezón...
    -¡Vete al carajo!

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